La última Huanca
Texto: Relato corto
La última Huanca
Érase una
vez un legendario joven héroe y mago llamado Guerolf el cual quedó atrapado en medio
de un gran río, allí estaba convertido en estatua de piedra en cuclillas con
una espada haciendo reverencia hacia el Oeste, las aguas se habían detenido
junto a él, retrocedían en sentido contrario.
según las
leyendas aquel joven había peleado por una Ondina hija de Aqueloo y al ver al
rey quedó petrificado, entonces el rey impuso un castigo por tal atrevimiento, detuvo
sus aguas ante él, dejando de fluir por el gran valle llamado Ande,
extinguiendo a sus semejantes para que nadie se atreva a desear siquiera a su
hermosa heredera.
Sé dice que pasaran muchos siglos y nacerá un
nuevo ser logrando salvar al joven quien ya habría olvidado el motivo de su
lucha, y las aguas reinarán nuevamente en los valles que perecieron.
Liana una Huanca
sufrió las consecuencias de ese amor imposible, murieron los árboles, pereció toda
clase de vegetación, así, muriendo el pueblo de hambre, cuando ella nació perdió
a sus padres, siendo adoptada por un ser que no fue de su especie. Ahora que habían
pasado quince siglos estaba dispuesta a devolverle el esplendor a lo que alguna
vez fue su hogar.
La joven Liana
había llegado a las orillas del rio prohibido, ella quedó sorprendida por la inmensidad
de sus aguas, sin dudarlo entró en aquel río y se acercó a las inmensas
murallas de agua, sintió miedo al ver tanto poder y empezó a buscar un escudo
de piedra que pudiera resistir aquellas aguas, en el suelo había piedras de mármol
con forma de flores, forma de toro, pero ella escogió uno que tenía forma de
elefante.
Se puso de
rodillas e invocó al Rey: “Su majestad, esta humilde criatura terrenal se
inclina a tus pies para pedirte perdón por tal atrevimiento egoísta de Guerolf
quien deseó a un ser tan inalcanzable, espiritual e inmensamente bella como es
su majestad la princesa Ondina. He de vencer las olas que usted me imponga.”
El corazón
de la joven temió por aquella muralla de agua, puesto que, si no resistía el
escudo, la aplastarían. Tenía que hacerlo, quería devolverle la vida a su
majestuoso Andes.
Entonces se
escuchó una voz dulce e hipnótica.
¡tranquila
te ayudaré! - era la voz de la Ondina.
Liana la
vio en el reflejo del escudo de mármol, ¡santo cielo, era incalculablemente
hermosa!, color esmeralda, cubierta con joyas de oro, rubí y diamantes. Liana inmediatamente
cerro los ojos, pues era demasiado para dos ojos terrenales y mortales. Agradeció
en su corazón: “gracias su majestad”.
Segundos
después se escuchó truenos inmensos, el cielo oscureció y las aguas empezaron a
estar inestables, olas gigantes empezaron a chocar de orilla a orilla, fue
terrorífico.
Detrás de
la muralla de agua se escuchó latidos del corazón del joven mago, había vuelto
a la vida, se veía asustado, desorientado, la princesa le devolvió la vida,
pero no la memoria. inmediatamente Liana le indicó a Guerolf que saliese de
allí.
Liana sostenía
el escudo en la mano, Guerolf salió de prisa cuando la voz del rey se escuchó
en los cielos- “te aplastaré por insolente”, el corazón de Liana temió
nuevamente.
El rey soltó
sus murallas de agua sobre la joven, entonces el escudo se convirtió en un
elefante gigante blanco, ambos lucharon contra las feroces olas que trataban de
ahogarla. La joven perdió el conocimiento en la batalla que duro siete días y cuando
volvió en sí, junto a ella, aquel joven mago y Cáliz de Nieve quienes habían cuidado
de ella; sin embargo, Liana había experimentado un sentimiento dulce hacia Guerolf.
Liana había
logrado dar vida nuevamente al valle, se fue, jugando de flor en flor, las plantas
crecían gigantes, si ella lo deseaba así. Desapareció en el valle dejando a Guerolf.
Este joven se
instaló en un pueblito lejano, más ya no era el famoso héroe de hace siglos, ya
no existían las personas que lo admiraban.
Había
transcurrido tiempo cuando la joven Huanca recibió una invitación a una reunión
por una amiga suya. Asistió. Guerolf se encontraba allí, Liana se puso feliz
por su presencia, realmente lo quería, pero se dio con la sorpresa, él se había
enamorado de Circe una hechicera del pueblo la cual se encontraba bailando alrededor
de la fogata, los ojos del mago le brillaban al verla.
La Huanca se
puso triste, cuando Circe y Guerofl se acercaron a saludarla, Liana podía oír
los malos y negros pensamientos y hambre de poder de Circe, claro, ellos no sabían
que Liana tenia ciertos dones por ser una Huanca. Momentos más tarde Liana se
apartó de la reunión y se hospedó en una habitación pequeña y oscura, allí lloró
amargamente, por ese sentimiento que había llevado a la ruina a su pueblo, se limpió
las lágrimas, no, no sería derrotada, no por nada había sido criada por una
grande.
Alguien tocaba
a la puerta, pregunto. ¡Era Guerofl!
Abrió la
puerta.
Guerolf: ¿Por qué?...
Liana: Ella no te quiere... Está buscando poder... quiere
invadir mis valles. Ahora que se está recuperando, no podemos volver al mismo
infierno, no permitiré que mi pueblo perezca nuevamente... ¡Jamás lo permitiré!
Mi querido
amigo, si en esta lucha por la supervivencia tengo que tenerte de enemigo, no
dudaré en sacrificarte.
Guerolf: La amo, es por ello que he formado
parte, por favor perdóname.
Liana: Entiendo, has elegido tu bando, el
amor te ha segado los ojos y la razón. No hay más que hacer.
Ambos se
abrazaron, ella se despidió en silencio del amor que representaba él. Y él
aseguraba su victoria, sin saber su triste final, como cuando en nuestro mundo,
Judas traicionó a Jesús. Salieron de la habitación, ambos se marcharon la noche
era oscura, el cielo pintaba color sangre, se avecinaba un destino trágico.
Tiempo después,
la vida los ha confrontado estaban allí ambos bandos, los que deseaban un mejor
futuro y el que luchaba por amor.
La Huanca decidió
pelear sola junto a su fiel amiga Cáliz de Nieve, no quería comprometer a otros
espíritus, pues aún se estaban recuperando, algunos pueblitos del majestuoso Andes
todavía eran desiertos, no podía llevarlos a una lucha en la cual podrían
perder la vida. Liana era la única que los podía proteger.
Guerofl, al
verla sola, gritó: ¡no peleare contigo, estás sola!
¡Hayyyy!….¿kay
ñawisata, manachu riqun michichanta ja,ja,ja? (¡Hayyyy!... ¿este ciego, acaso
no ve a su gatita ja,ja,ja?) -pensé sarcásticamente.
Circe la
hechicera a la que tanto amaba Guerofl, reía en silencio, con los ojos fijos y
llenos de maldad.
La Huanca,
atacó de inmediato, las plantas crecieron como brazos gigantes atrapando a la
hechicera, llevándola hacia Cáliz de Nieve quien la ejecutó.
¿Quién
era el miau, miau? Pues el michi es nada menos que una Tigre siberiano dientes
de sable color blanco, de imponente fuerza, mide metro y medio de altura y dos metros
de largo. Famosa por ser la verdugo y soldado más cruel de la historia de Reyno
de...Otro día les contaré sobre Cáliz de Nieve. Bueno ¿en qué parte de esta
historia estábamos? hum …sí.
El mago
gritó con angustia y dolor al ver que la mujer que tanto amaba había muerto frente
a sus ojos. Se lleno de odio e ira, atacando con todo su séquito a Liana.
Las
enredaderas y otras especies pelearon junto a su protectora y futura emperatriz
Huanca. Allí en aquel campo enorme se dio la batalla, muchos hechiceros y
hechiceras perdieron la vida sirviendo de abono para las plantas pues estas se
tragaron los cuerpos.
Atraparon a
Gandalf, la Huanca lo miró con lástima, el odio y la maldad lo habían consumido,
entonces lo sacrificó, fue tragado por la tierra. El que fue héroe y fue
venerado en tiempos pasados, había muerto por segunda vez y por la misma razón,
sin embargo, esta vez nadie tendría la benevolencia de devolverle la vida.
Él amor
lo había mandado al matadero otra vez, por sonso ja,ja,ja… ¡Hay que bruto el
hombre caray ja,ja,ja!.
¡Hay el
amor! el amor, el amor, es ciego, es el más cruel verdugo, el amor es el dulce
veneno, que cura y mata. ¿habrá alguien que no ha probado de él?
Bueno,
bueno... en que me quedé... Á si, se lo trago la tierra.
La Huanca había
ganado la batalla; sin embargo, muchas especies fenecieron, Cáliz de Nieve ha sido
herida de gravedad, para curarla emprende una nueva aventura hacia la puerta de
los Dioses.
Continuará…
Mademoiselle Illakilla.
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