MI RINCONCITO

Estoy aquí en este rinconcito al cual le he tomado cariño, un rinconcito tan inmenso y profundo al cual llaman abismo, sí, donde me quedé atrapada después de perder la batalla en el año 20…. muchas personas han pasado cerca, he gritado pidiendo auxilio, no he obtenido respuesta.

 Poco a poco me he quedado sin provisiones, al año mi cirio murió. Mi valor y mi valentía se durmieron en seguida, mis espadas favoritas.

Hice un hogar de este agujero, sigo aquí descubriendo todo lo que me faltó y echándome la culpa de todo, he nombrado mis consejeros y amigos al silencio y la soledad. Suelo cantar canciones en coro con el eco del silencio, ¡hacemos un dúo magnifico!

El hambre me ha obligado a comer mis ojos y beber las aguas saladas del mar de mi alma.

Mi memoria me abandona poco a poco, me deja, no recuerdo ya mi nombre; sin embargo, la esperanza con débil voz me susurra: “saldremos de aquí, no perdimos aún la guerra”.

 La luna pasada, me he comido la mitad de mi corazón, sí, me bebí también la sangre color rosa, me ha calmado el hambre y la sed y he logrado alargar mi estadía aquí.

 Todavía quiero darle batalla a la dama que me observa a veces camina con sus pies descalzos alrededor de mi cuerpo cansado y agotado.

Le he gritado de mi arraigado abolengo, de mi pedigrí, y le he presumido mis hazañas, le he robado tiempo con mi danza al ritmo del viento, le ha gustado ¡lo se! No valgo por lo que tengo, valgo por lo que perdí y ella me arrebató; pero no tiene la culpa del crimen que cometió.

Mi memoria dice que tenía sueños, no, ¡no recuerdo!, ¡agonizan mis ilusiones! (…).                                                                                                 

                                                                                                         Mademoiselle Illakilla.